Lo único gracioso de pensar que la dislexia hizo que un maya escribiera 2012 en lugar de 2021, sería escribirlo en Comic-Sans.

No me tienes que explicar qué es un troll, y que ahora tienen más tiempo libre para ejercer su encomiable labor en pro de la hipertensión de otros. Tampoco es necesario explicar el valor del humor como un mecanismo de trascendencia que va más allá de las ideas preconcebidas sobre el lenguaje y la semiótica. La comedia es tragedia más tiempo, y no tengo tiempo para la tragedia que eres creyéndote comediante.

Pero me distraigo, y no hay que distraerse con trolls...

Siempre habrá teorías de conspiración, porque, citando a Les Luthiers, «La gente, ¿qué sabe?». La ignorancia es audaz, y la necesidad de no quedar mal diciendo «no sé», «no sé qué hacer», o «es mi culpa», conduce a la manga de atorrantes a una búsqueda desesperada de asideros de control. Pero que sean externos. Algo o alguien que reciba la culpa, aún mejor si es místico y recóndito, de lo que se explica en nuestro atraso, limitaciones, incapacidades, o todas las anteriores.

No hay ninguna manera de convencer a un idiota de que lo que está diciendo es una idiotez. En primer lugar, porque si tratas de discutir con argumentos inteligentes, el idiota siempre logra bajar la discusión a su nivel, y te derrota por su amplia experiencia en eso de serlo. En segundo lugar, porque nadie aprende por experiencia ajena, mucho menos cuando la evidencia de otros contradice el modelo de mundo (tortugas hasta abajo) del convencido de su idiotez. En tercer lugar, porque uno no puede ser papá de todo el mundo.

Ahora bien, cuando tu teoría de conspiración busca dar risa y está basada en una ignorancia crasa y supina sobre el funcionamiento de la matemática, y su historia documentada, me impele a este momento Neil deGrasse Tyson.

Entre las múltiples teorías de conspiración a propósito de la pandemia del COVID-19, me ofende hasta la carcajada la del «maya disléxico». La teoría dice que aquel maya que «predijo el fin del mundo» para el año 2012 era disléxico, y en realidad quiso escribir 2021. Para comenzar, la dificultad en manipular números se llama discalculia y no dislexia. Pero con eso no te estoy diciendo idiota sino desinformado, dos facetas diferentes de la «infodemia» reinante.

En el sistema de numeración indo-arábico, que inventaron los musulmanes sobre arte previo de los nativos del sub-continente indio, cada dígito es una potencia de diez, como se enseña en primaria. Es decir

2012 = 21000 + 0100 + 1*10 + 2

2021 = 21000 + 0100 + 2*10 + 1

usando potencias de diez implícitas para cada posición. Si el maya que «predijo el fin del mundo» hubiera escrito de esa manera, tu teoría sería haha-meme.

Pero se sabe que los mayas escribían en un sistema base 20. Ese no lo enseñan en cualquier primaria. El de los mayas, a mi me enseñaron a usar cualquier base. Como nobleza obliga, el concepto es el mismo, usando 20 dígitos diferentes, que no son los indo-arábicos porque los mayas no tenían relación con ellos. Eso y que cada posición emplea potencias de 20, y no de 10. Te ahorro las cuentas; en nuestro caso:

2012 = 5400 + 020 + 12

2021 = 5400 + 120 + 1

Los mayas usaron un mecanismo alterno a representar 20 guarismos diferentes, que habrían sido difíciles de memorizar. Sólo usaban tres (¡tres!) marcas para construir dígitos:

  • Para el cero, usaban un «pan» -- ovalado y con rayas.

  • Para el uno, usaban un «circulo» -- un punto grueso bastante más pequeño que el «pan» (sabían, los mayas, sabían).

  • Para el cinco, usaban una «barra horizontal» -- como un «guión bajo» (¡asco!) u «underscore» en cuádruple negrita.

Combinando los dos últimos, construían cualquier dígito entre 1 y 19, e.g. si tenían que escribir el seis, ponían un «círculo» encima de una «barra». El lector astuto notará que nunca hay más de cuatro círculos, encima de a lo más tres barras. Piensa en 19. ¡Eeeeesoooooooo!

Después de aminorar nuestra ignorancia con esa información, y manteniendo habilitado el uso del cerebro (que no es opcional si queremos tener una vida útil y productiva), notamos que

2012 = 5 * 400 + 0*20 + 12 = «barra» «pan» «círculo círculo / barra / barra»

2021 = 5 * 400 + 1*20 + 1 = «barra» «círculo» «círculo»

En estas representaciones no hay dígitos indo-arábicos y tampoco hay letras. El espacio para la discalculia y la dislexia es despreciable. La oportunidad de aliterar la representación por confusión le hubiera costado la vida. Entre los mayas, los que se ocupaban de escribir eran pocos y selectos; no como ahora que pocos escriben y menos leen. Pero más importante que todo eso, porque los mayas no ponían los dígitos de izquierda a derecha, sino de arriba abajo. No asumas su manera de escribir números, ¡infórmate!

Si confundes

    «barra»
    «pan»
    «circulo circulo / barra barra»

con

    «barra»
    «círculo»
    «circulo»

lo que necesitas son lentes, dejar las drogas, o ambas.

¡Pero aún hay más! El mito del «fin del mundo» está asociado al Calendario Maya. Como en todas las civilizaciones, el calendario pretendía seguir el curso de las estaciones, y los mayas habían calculado la duración del año en 365 días con mucha precisión. Sin embargo, no tenían suficientes nociones de teoría de números como para adaptar el calendario. Lo que hicieron fue usar una modificación de sus sistema de numeración base 20. Para el calendario, y sólo para el calendario:

  • En la primera posición se pueden usar los dígitos normalmente.

  • En la segunda posición sólo se usan los dígitos del 0 al 17.

  • La tercera posición multiplica por 360 y no por 400.

Entonces, como presuntamente estaría escribiendo años

2012 = 5360 + 1020 + 12 = «barra» «barra / barra» «punto punto / barra barra»

2021 = 5360 + 1120 + 1 = «barra» «punto / barra / barra» «punto»

Reordenar las últimas dos posiciones de uno, no produce el otro, y viceversa.

Y ni siquiera es reordenar los dígitos de un "año". Una cosa es el calendario maya para cubrir un año, y otra para cubrir las eras o épocas. Los mayas comprendían que en el Universo existen procesos cíclicos, y razonaron que un año era un ciclo dentro de otro ciclo, probablemente dentro de otro ciclo. Entonces, para expresar esos ciclos más grandes, escribían en Conteo Largo. El mito del año 2012, ni siquiera viene de que el número 2012 se escriba como expliqué más arriba. ¡Cómo vas a decir que fue «escribiendo el 2012»!

Un Conteo Largo es una época: un número total de días a partir del primer ciclo de creación del mundo (¿leíste el Popol Vuh en bachillerato?). Los mayas escribían un Conteo Largo como dígitos mayas calendario separados por una marca especial. Con «dígitos maya» quiero decir «pan», «círculo» y «barras», sujeto al sistema base veinte, pero sin pasar de diecisiete en la segunda posición. La marca era un separador visible. Tallado en roca. Anda a equivocarte tallando en roca cuando tu vida depende de ello.

El mito del «fin del mundo según los mayas» radica en que en su calendario de conteos largos apareció

   «punto punto punto / barra barra»    
   «pan»
   «pan»
   «pan»
   «pan»

o 13.0.0.0.0 en base 20, que corresponde con el inicio del décimotercer ciclo universal según la cosmogonía maya. Los historiadores hicieron las cuentas y correlacionaron ese número de días, notando que coincide con 2012-12-21. Pero los conteos largos siguen hasta el infinito.

Escribo esta nota en 13.0.7.6.16 o

   «punto punto punto / barra / barra»
   «pan»
   «punto punto / barra»
   «punto / barra»
   «punto / barra / barra / barra»

y cuando el conteo largo llegue a 19.19.19.17.19, continuará a 1.0.0.0.0.0, un viernes 13 de Octubre en 4722 (¡presuntamente!).

Ahí tienes una teoría de conspiración más graciosa, y ligeramente menos pirata.